jueves, 7 de octubre de 2010

Un viejo sabio que dejó su legado en nuestro fútbol

Para sus jugadores Carlos Timoteo Griguol, más que técnico, fue un padre futbolístico. Por sobre todo, fue un educador integral de de personas, dentro y fuera de la cancha. Saboreó la gloria en varios equipos. Nunca dejó de lado el valor humano de cada uno de sus dirigidos. Su rol de entrenador coqueteó en muchos aspectos con el de un docente.

Timoteo fue un sabio. Moldeó a los más jóvenes hasta convertirlos en Cracks, como el Beto Marcico, en Ferro o Guillermo Barros Schelotto, en Gimnasia. Nunca pretendió demasiadas incorporaciones y siempre apostó a las divisiones inferiores de cada club. Supo arreglárselas en equipos con poco presupuesto y transformar en grandes a jugadores ignotos. No era su perfil el de pedir que le traigan figuras, sino, el de trabajar con lo que tenía.

Un claro ejemplo de la austeridad en la que necesitaba trabajar Griguol fue su paso por River. A pesar de obtener la Interamericana 87´, no logró una campaña destacada en el elenco millonario. Lo que sucedió es que River tenía un equipo de jugadores estrellas, ya consagrados y con los egos por las nubes. Este no fue el lugar indicado para Timoteo, porque sus dirigidos no estaban dispuestos a oír enseñanzas.

Cuando en Ferro no había dinero para que los jugadores cobren, se avecinaba una crisis dentro del club, que podía generar problemas extra futbolísticos. Fue entonces cuando Timoteo habló con los dirigentes y se ofreció a pagar de su bolsillo los sueldos, hasta que se consiguiera el dinero.

El viejo siempre fue muy detallista. En el inolvidable Gimnasia de 1995, se encontró con un inconveniente. El arquero Enzo Noce era muy petiso comparado con el resto de los arqueros. Timoteo se encargó de que los arcos del estadio del Bosque fueran enterrados 10 centímetros por debajo del césped, para que Noce no sufriera desventajas por su estatura.

Griguol siempre será recordado por ser un personaje pintoresco del Fútbol. Sorprendía a la prensa a menudo con sus salidas extraordinarias de situaciones incomodas. Una de sus frases más recordadas fue en la anteúltima fecha del torneo clausura 95, frente a Ferro, cuando Gimnasia estaba apunto de salir campeón. El Shagy Fernández vio la tarjeta roja y entonces recibió la reprimenda Timoteo: “Vos queres salir campeón, vas a salir campeón de la concha de tu hermana”.

El viejo fue un técnico chapado a la antigua. Obligaba a los jugadores a centrarse en sus estudios secundarios, a pesar de ser profesionales. Decía que los que no estudiaban, al finalizar su carrera futbolística se quedarían sin nada. Fue un formador nato.

Siempre portó con orgullo su mítica gorra de fideos Manera. Supo ganarse a los hinchas de todos los clubes en los que dirigió gracias a su trabajo y a su sabiduría. Logró títulos, pero su logro más grande es el legado que dejó en el Fútbol argentino.

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